Es mas facil hablar y criticar que ayudar

Vivimos en una sociedad en la que criticar y juzgar se ha vuelto la norma. 
Basta con mirar a nuestro alrededor, abrir una red social o simplemente conversar en la calle: siempre hay alguien dispuesto a señalar errores, a dar opiniones sin haber sido pedido, a opinar desde la comodidad de la distancia.
Criticar es fácil. Juzgar también. Requieren poco esfuerzo, cero compromiso y ninguna empatía. Por eso tantos eligen esos caminos: son accesibles, anchos y están llenos de compañía. Es el camino de la multitud.

Ayudar, en cambio, es otra historia. Implica involucrarse. Escuchar sin interrumpir. Estar presente. Cargar, aunque sea por un momento, con el dolor ajeno. Y por eso es el camino menos transitado. Porque requiere coraje, paciencia y compasión genuina.

En un mundo lleno de voces que señalan, necesitamos más manos que sostengan. Que no te asuste caminar solo si elegís ayudar: tu paso silencioso tiene más impacto que mil gritos vacíos.


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